domingo, 2 de marzo de 2008

TEXTO 5, FILOSOFÍA Y POLÍTICA:

PLATÓN, Carta VII, 324 c-326 a

En este texto, Platón nos transmite su insatisfacción de cara a los gobiernos que empezaban a funcionar con el surgimiento de los sofistas. El autor tacha a los gobiernos estatales de malos. La causa de ello es una mala legislación producida por la borrosa e incompleta visión de justicia por parte de los políticos. Platón nos presenta una solución: unificar político y filósofo, es decir, que el filósofo desempeñe las tareas propias del político o bien, el político sea filósofo. La explicación a ello es que el filósofo tiene una visión perfecta y completa de la justicia. Ello haría que la justicia llevara a una buena legislación y desembocara en un buen gobierno y el finiquito a los malos hábitos de ciudadanos, o lo que sería lo mismo, mejorar al ser humano convirtiéndole en tal.

Todo esto lo veo justificado más que nada por autoridad. En ningún momento me da un motivo de peso de porque el filósofo me lleva a la visión perfecta y completa de la justicia. Ello me produce la siguiente cuestión: ¿La búsqueda de la justicia es propia de la filosofía? Para ello he recopilado una serie de afirmaciones sobre la filosofía que analizaré para ver si se acercan o tienen algo que ver con la justicia.

En primer lugar, me quedo con una frase que se nos entregó al comenzar el curso del propio profesor, la cual rezaba lo siguiente: la filosofía es conocerte. El conocerte conlleva a tener un conocimiento más o menos conciso de algo relacionado con la moral. Pero en todo caso, haría referencia a una moral interior propia de cada uno, porque se afirma que la filosofía es el conocerte a ti mismo. Platón no busca esto, ya que el conocerme me llevaría a hacer una justicia propia, para mí, cuando lo que busco es una justicia válida para todos, una justicia universal y única no adaptable a cada uno. De la misma manera pasa con Nietzsche y el perspectivismo. Éste trata a la filosofía como la percepción e ideación subjetiva. Lo cual nos lleva a la situación anterior con el individualismo e interiorismo propio.

Por otro lado, nos encontramos con Wahl o Unamuno, es decir, los existencialistas. Éstos tratan a la filosofía como algo fuera de la razón como puede ser la música o la poesía. Creo que la música, la poesía, todo aquello fuera de la razón no es lo que busca el autor del texto, y por ello no nos sirve para la justificación buscada en base a la justicia.

De manera parecida expresa Salinas con su poema Las cosas, donde dice algo así como cerniéndose por aires sobrehumanos y coger su flor al mundo para siempre y sin tocarlo. Bien, decir sobrehumano hace que no nos sirva para la justicia, ya que la justicia ha de estar en los humanos y tocando al mundo, lo cual es contrario a lo expresado en la segunda parte de esta misma cita.

Otro autor con bastante nombre pero no por ello con más voz, es Tomás de Aquino, quien dice que la tristeza se mitiga por la contemplación de la verdad. Esto hace que volvamos otra vez a los sentimientos y nos encontremos con la misma situación que con la de los existencialistas.

Las siguientes posturas me convencen algo más, pero no con un resultado 100% convincente. Meto en el mismo saco, aunque no me parece del todo correcto, a Kant y la escuela suralemana, aunque para lo que quiero decir ya me va bien. Ellos afirman o dicen que la filosofía se centra y trata la posibilidad del conocimiento y lo que debe ser, y no lo que es. Es decir, deja la puerta abierta y no la cierra al conocimiento y a cierta parte del ser. Me explico, el decir que la filosofía estudia o trata o se sumerge por lo que debe ser, hace que no tengamos una idea fija de aquello que es, sino que tengamos una vaga idea de lo que debe ser sin gran certeza. Lo cual hace que no tengamos una idea clara de justicia y no lleva a una firme legislación que es lo que el autor del texto busca.

Pero por otro lado esta Russel y los positivistas, los cuales atribuyen a la filosofía aquello intratable por la ciencia, lo cual parece que se acerca a una justificación a lo dicho en el texto. Esto tiene cierta lógica hasta que uno se da cuenta de que los positivistas se fían o se ven condicionados por la experiencia. El hecho de que hablemos de un texto propiamente sofista, hace que se relacione con el principio de la organización estatal. Es decir, se encuentra un paralelismo entre el nacimiento del sofismo y de la ciudad y algo parecido a lo que entendemos por gobierno, lo cual hace que la experiencia sea más bien nula. Lo cual elimina esta posible justificación para que Platón diga que los filósofos o que la filosofía tiene una visión completa y perfecta de la justicia.

TEXTO 12, EXISTENCIA DE LA VISIÓN NATURAL:

S.RÁBADE ROMEO: Estructura del conèixer humà, pàg.30

El autor de este texto afirma que la visión natural es complementada positivamente por la actitud crítica. La visión natural sería aquel sabemos que sabemos o conocemos que conocemos. Mientras que la actitud crítica es cuestionarse el valor del conocimiento y qué es el conocimiento en sí. Aunque ello no debe llevar al escepticismo. Eso sí, hay que admitir aquello justificado, algo que a mi parecer me suena a positivismo o neopositivismo.

Aunque lo que creo que se ha de cuestionar es la visión natural. Mi visión natural es mi visión crítica. La visión natural debería de ser para todos y esto no tiene fundamento al ver como no hay ninguna persona con la misma visión que otra.

Entonces, someteré la vida a un cuestionario continuo que me llevará al escepticismo, ¿no? La visión natural es propia del animal, del instinto, del sobrevivir. La visión natural es hacer las cosas porque tocan, sin plantearse nada. En cambio, la visión crítica hace que me lleguen conocimientos y éstos sean reflexionados y cuestionados, y ello me llevará a unos ideales que construirán mi vida o mi pensamiento.

En resumen, yo vivo de mi visión crítica dejando la puerta abierta a más conocimientos para dudar más y tener un saber más rico.

TEXTO 11, EL PORQUÉ DE LA VIDA:

M.WEBER: El polític i el científic, pàg.209

El autor de este texto me transmite diversas afirmaciones a su parecer. Todo se desarrolla a raíz de la medicina. El médico ha de curar, ha de apagae dolor. Esto se ha de hacer siempre, incluso si el paciente suplica la muerte. La medicina no se pregunta sobre el valor de la vida, simplemente, hace lo que tiene que hacer. Toda ciencia de la natura quiere el dominio técnico de la vida. Con esto surgen ciertas cuestiones que son ignoradas o calladas con un sí.

Por mi parte, decir a veces los porqués no plantean, simplemente, se hacen las cosas porque tocan. Con esto me surgen dos cosas a cuestionar: el dominio y el porqué. La palabra dominar es muy posesiva, lo cual nos aleja de la mirada amorosa y nos acerca a la baconiana ya tratada en clase.

Por otro lado, me surge una pregunta: ¿todo tiene un porqué? Para mí sí. Aunque también se podría decir que no. Aún no estando de acuerdo voy a ver qué pasa. Si no todo tiene un porqué, ¿cómo sabemos lo que tiene un porqué y lo que no lo tiene? Esto hace que nos cuestionemos todo porque no somos capaces de averiguarlo. Ello me hace contestar con un sí a la primera pregunta. Pero entonces, ¿por qué todo tiene un porqué? Y entramos en un especia de bucle, ¿no? No lo veo así. Todo desemboca en la vida y en Dios, y como no podemos llegar a manejar ni a cuestionar a la vida o a Dios no puedes preguntarte el porqué. Aunque esto no significa que no exista el porqué.

El hecho de no tener una respuesta para todo reafirma el dominio que tiene Dios y la vida sobre nosotros.

TEXTO 6, LA CIENCIAS MÁS SABIA:

ARISTÒTIL: Metafísica, I, 980 a

En este texto, Aristóteles nos define cierta ciencia, o más bien la clasifica, presentando las diversas opciones. En primer lugar, habla de ciencia rigurosa. Para el autor, la ciencia rigurosa es la que posee principios. Aunque de entre éstas, la que presenta menos principios es la más rigurosa. Por otro lado, nos describe los rasgos propios de la ciencia más científica. Dicha ciencia existirá por sí misma, es decir, conocer por conocer sin esperar productividad alguna. De la misma manera, la ciencia en cuestión tratará las causas, lo cual hace que sea una ciencia de lo más científica debido a su grado de enseñanza.

Por mi parte, Aristóteles no hace más que describirnos la ciencia más sabia, la filosofía. Reafirmo el lema de conocer por conocer y también, reafirmo, desde mi parecer, que la filosofía indaga las causas sin tender la mano a la espera de resultados; al contrario de una ciencia como la física. Ésta desarrolla unos conceptos que desembocan en fórmulas válidas y con la única finalidad de usarlas como fábrica de resultados. Por otra parte, la filosofía se estudia a sí misma. Ello hace reconocer la ignorancia, la cual se quiere superar mediante el conocimiento.

Bien es cierto que podríamos hablar, entonces, de ciencia teórica: ¿toda ella es teórica? El hecho de no esperar resultado la hace teórica, ¿no? Al fin y al cabo, la teoría no sirve para nada sin la práctica. De poco sirve saberse una fórmula matemática y no emplearla. De poco sirve conocer los nombres de tus compañeros y luego llamarles como te apetezca. De poco sirve saberse el código de circulación y luego no poner en práctica lo conocido previamente.

He de decir que a filosofía le sobran todos los adjetivos menos el de sabia. Las matemáticas estudian muchas cosas, ¿no son sabias? Supongo que serán sabias dentro del grupo de química, física y compañía. Todos podemos conocer ciertas cosas porque tenemos sentidos. Yo veo las consecuencias de pegar una brutal paliza a alguien, pero ¿cuál es el motivo de que algo dentro de mí me diga que eso no está bien hecho o no es lícito? Lo realmente arduo y difícil es saber las causas, no los resultados. Los resultados son visibles para la mayoría. A quien trata realmente lo arduo le llamaos sabio y en este caso es la filosofía.

Como conclusión, decir que la filosofía intenta hacernos de lo arduo, algo más llevadero. La filosofía no quiere curar la ignorancia, quiere ampliar el conocimiento.

TEXTO 4, INVESTIGACIÓN Y LÓGICA:

D.HUME: Investigació sobre l’enteniment humà, IV, I

Este autor nomina dos objetos de razón humana. Por un lado, las relaciones de ideas, que son aquellas ciencias basadas en una demostración o lo que sería una regla de tres, como el álgebra. Por otro lado, está las cuestiones de hecho, donde la evidencia no participa tan activamente, lo cual se convierte en una ambigüedad.

Pienso que la ambigüedad se encuentra y está presente en todo. Pero las matemáticas tienen unas reglas, unas maneras o indicaciones de ser, ¿no? No pienso así. Casi todo, por no decir todo, es ambiguo. La ambigüedad no puede alcanzar un único sitio, éste es llamado verdad. A mí me han enseñado algo de ciencias y de letras, pero nadie me ha demostrado la veracidad o hasta qué punto es cierto y se está seguro de lo que se nos enseña.