lunes, 13 de octubre de 2008

El Tratado de Lancaster en Pensilvania


En el tratado de Lancaster en Pensilvania, el año 1744, entre el gobierno de Virginia y las Seis Naciones, los comisionados de Virginia hicieron saber a los indios [nativos americanos] en un discurso, que existía en Williamsburg una universidad con un fondo para la educación de los jóvenes indios, y que si los jefes de las Seis Naciones enviaran media docena de sus hijos a esa universidad, el gobierno se ocuparía de que no les faltara de nada y de que fueran instruidos en el saber del hombre blanco.




El portavoz de los indios respondió.


"Sabemos que ustedes tienen en alta estima el tipo de conocimiento impartido en etas universdidade y que mantener a nuestros jóvenes mientras estuviesen con ustedes les resultaría muy costoso. Por tanto, estamos convencidos de que desean hacernos un bien con su propuesta y se lo agradecemos sinceramente.




Pero ustedes que son tan sabios deben saber que las diferentes naciones tienen difeentes concepciones de las cosas y por tanto, no se tomarán como un agravio que nuestra opinion sobre este tipo de educación no resulte ser la misma qe la suya. Ya hemos tenido cierta experiencia con su educación: algunos de nuestros jóvenes fueron educados con anterioridad en las universidades de las provincias del norte. Fueron instruidos en todas sus ciencias, pero cuando regresaron junto a nosotros eran malos para correr, totalmente ignorantes de los medios pra sobrevivir en nuestros bosques, incapaces de soportar el frio o el hambre, no sabían como construir una cabaña, atrapar un venado o matar un enemigo y hablaban mal nuestra lengua. Por tanto, no servían ni como cazadores, ni como guerreros ni consejeros: no valían para absolutamente nada.


Sin embargo, no estamos menos agradecidos por su amable oferta, aunque declinemos aceptarla y para mostrar nuestra gratitud, si los caballeros de Virginia desean enviarnos una docena de sus hijos, nosotros nos ocuparemos de su educación, les instruiremos en todos nuestros conocimientos y los convertiremos en hombres.