PLATÓN, Carta VII, 324 c-326 a
En este texto, Platón nos transmite su insatisfacción de cara a los gobiernos que empezaban a funcionar con el surgimiento de los sofistas. El autor tacha a los gobiernos estatales de malos. La causa de ello es una mala legislación producida por la borrosa e incompleta visión de justicia por parte de los políticos. Platón nos presenta una solución: unificar político y filósofo, es decir, que el filósofo desempeñe las tareas propias del político o bien, el político sea filósofo. La explicación a ello es que el filósofo tiene una visión perfecta y completa de la justicia. Ello haría que la justicia llevara a una buena legislación y desembocara en un buen gobierno y el finiquito a los malos hábitos de ciudadanos, o lo que sería lo mismo, mejorar al ser humano convirtiéndole en tal.
Todo esto lo veo justificado más que nada por autoridad. En ningún momento me da un motivo de peso de porque el filósofo me lleva a la visión perfecta y completa de la justicia. Ello me produce la siguiente cuestión: ¿La búsqueda de la justicia es propia de la filosofía? Para ello he recopilado una serie de afirmaciones sobre la filosofía que analizaré para ver si se acercan o tienen algo que ver con la justicia.
En primer lugar, me quedo con una frase que se nos entregó al comenzar el curso del propio profesor, la cual rezaba lo siguiente: la filosofía es conocerte. El conocerte conlleva a tener un conocimiento más o menos conciso de algo relacionado con la moral. Pero en todo caso, haría referencia a una moral interior propia de cada uno, porque se afirma que la filosofía es el conocerte a ti mismo. Platón no busca esto, ya que el conocerme me llevaría a hacer una justicia propia, para mí, cuando lo que busco es una justicia válida para todos, una justicia universal y única no adaptable a cada uno. De la misma manera pasa con Nietzsche y el perspectivismo. Éste trata a la filosofía como la percepción e ideación subjetiva. Lo cual nos lleva a la situación anterior con el individualismo e interiorismo propio.
Por otro lado, nos encontramos con Wahl o Unamuno, es decir, los existencialistas. Éstos tratan a la filosofía como algo fuera de la razón como puede ser la música o la poesía. Creo que la música, la poesía, todo aquello fuera de la razón no es lo que busca el autor del texto, y por ello no nos sirve para la justificación buscada en base a la justicia.
De manera parecida expresa Salinas con su poema Las cosas, donde dice algo así como cerniéndose por aires sobrehumanos y coger su flor al mundo para siempre y sin tocarlo. Bien, decir sobrehumano hace que no nos sirva para la justicia, ya que la justicia ha de estar en los humanos y tocando al mundo, lo cual es contrario a lo expresado en la segunda parte de esta misma cita.
Otro autor con bastante nombre pero no por ello con más voz, es Tomás de Aquino, quien dice que la tristeza se mitiga por la contemplación de la verdad. Esto hace que volvamos otra vez a los sentimientos y nos encontremos con la misma situación que con la de los existencialistas.
Las siguientes posturas me convencen algo más, pero no con un resultado 100% convincente. Meto en el mismo saco, aunque no me parece del todo correcto, a Kant y la escuela suralemana, aunque para lo que quiero decir ya me va bien. Ellos afirman o dicen que la filosofía se centra y trata la posibilidad del conocimiento y lo que debe ser, y no lo que es. Es decir, deja la puerta abierta y no la cierra al conocimiento y a cierta parte del ser. Me explico, el decir que la filosofía estudia o trata o se sumerge por lo que debe ser, hace que no tengamos una idea fija de aquello que es, sino que tengamos una vaga idea de lo que debe ser sin gran certeza. Lo cual hace que no tengamos una idea clara de justicia y no lleva a una firme legislación que es lo que el autor del texto busca.
Pero por otro lado esta Russel y los positivistas, los cuales atribuyen a la filosofía aquello intratable por la ciencia, lo cual parece que se acerca a una justificación a lo dicho en el texto. Esto tiene cierta lógica hasta que uno se da cuenta de que los positivistas se fían o se ven condicionados por la experiencia. El hecho de que hablemos de un texto propiamente sofista, hace que se relacione con el principio de la organización estatal. Es decir, se encuentra un paralelismo entre el nacimiento del sofismo y de la ciudad y algo parecido a lo que entendemos por gobierno, lo cual hace que la experiencia sea más bien nula. Lo cual elimina esta posible justificación para que Platón diga que los filósofos o que la filosofía tiene una visión completa y perfecta de la justicia.