domingo, 25 de noviembre de 2007

¿La técnica moderna nos permite conocer la naturaleza en sí misma?

La pregunta sobre la técnica; Técnica y progreso

¿Qué es la técnica moderna? También ella es un hacer salir lo oculto. Sólo dejando descansar nuestra mirada en este rasgo fundamental se nos mostrará lo nuevo de la técnica moderna.

Con todo. El hacer salir lo oculto que domina por completo la técnica moderna, no se despliega ahora en un traer-ahí-delante en el sentido de la poyesis. El hacer salir lo oculto que prevalece en la técnica moderna es una provocación que pone ante la naturaleza la exigencia de suministrar energía que como tal pueda ser extraída y almacenada. Pero ¿no es esto válido también para el antiguo molino de viento? No. Sus aspas se mueven al viento, quedan confiadas de un modo inmediato al soplar de éste. Pero el molino de viento no alumbra energías del aire en movimiento para almacenarlas.

A una región de tierra, en cambio, se la provoca para que saque carbón y mineral. El reino de la tierra sale de lo oculto ahora como cuenca de carbón; el suelo, como yacimientote mineral. De otro modo aparece el campo que cultivaba antes el labrador, cuando cultivar significaba aún abrigar y cuidar. El hacer del campesino no provoca al campo de labor. En la siembra del grano, entrega la sementera a las fuerzas de crecimiento y cobija su prosperar. Ahora hasta el cultivo del campo ha sido arrastrado por la corriente de un cultivar de otro género, un cultivar (encargar) que emplaza a la Naturaleza. La emplaza en el sentido de la provocación. La agricultura es ahora industria mecanizada de la alimentación.

Al aire se lo emplaza a que dé nitrógeno, al suelo a que dé minerales, al mineral a que dé, por ejemplo, uranio, a éste a que dé energía atómica, que puede ser desatada para la destrucción o para la utilización pacífica.

El emplazar que provoca las energías de la Naturaleza es un promover en un doble sentido. Promueve alumbrando y exponiendo. Este promover, sin embargo, está emplazado de antemano a promover otras cosas, es decir, a impulsar hacia la máxima utilización con el mínimo gasto. El carbón extraído de la cuenca no está emplazado para que esté presente sin importar dónde sea. Está en depósito, es decir, está puesto y a punto para la solicitación del calor solar que está almacenado en él. Este calor solar es provocado en vistas al calor solicitado para suministrar vapor, cuya presión empuja el mecanismo por medio del cual la fábrica se mantiene en actividad.

La central hidroeléctrica está emplazada en la corriente del Rin. Emplaza a ésta en vistas a su presión hidráulica, que emplaza a las turbinas en vistas a que giren, y este movimiento giratorio hace girar aquella máquina, cuyo mecanismo produce la corriente eléctrica, en relación con la cual la central regional y su red están solicitadas para promover esta corriente. En la región de estas series, imbricadas unas con otras, de solicitación de energía eléctrica, la corriente del Rin aparece también como algo solicitado. La central hidroeléctrica no está construida en la corriente del Rin como el viejo puente de madera que desde hace siglos junta una orilla con otra. Es más bien la corriente la que está construida en la central. Ella es ahora lo que ahora es como corriente, a saber, suministradora de presión hidráulica, y lo es desde la esencia de la central. Para calibrar, aunque sólo sea desde lejos, la medida de lo monstruoso que se hace valer aquí, fijémonos un momento en el contraste que se expresa en estos dos títulos: “El Rin” construido en la central energética, como obstruyéndola, y “El Rin” dicho desde la obra de arte del himno de Hölderlin del mismo nombre. Pero, se replicará: el Rin sigue siendo la corriente de agua del paisaje. Es posible, pero ¿cómo? No de otro modo que como objeto para ser visitado, susceptible de ser solicitado por una agencia de viajes que ha hecho emplazar allí una industria de vacaciones.

El hacer salir de lo oculto que domina por completo a la técnica moderna tiene el carácter del emplazar, en el sentido de la provocación. Éste acontece así: la energía oculta en la Naturaleza es sacada a la luz, a lo sacado a la luz se lo transforma, lo transformado es almacenado, a lo almacenado a su vez se lo distribuye, y lo distribuido es nuevamente conmutado. Sacar a la luz, transformar, almacenar, distribuir, conmutar son maneras del hacer salir lo oculto. Sin embargo, esto no discurre de un modo simple. Tampoco se pierde en lo indeterminado. El hacer salir lo oculto desoculta para sí mismo sus propias rutas, imbricadas de un modo múltiple, y las desoculta dirigiéndolas. Por su parte, esta misma dirección viene asegurada por doquier. La dirección y el aseguramiento son incluso los rasgos fundamentales del salir a la luz que provoca.

Academia de las ciencias de Munich (Martin Heidegger
)

2 comentarios:

Alberto C. dijo...

En mi oponión la técnica moderna es la industrialización. El hombre desea dinero, poder y es capaz de hacer cualquier cosa con tal de tener una gran fortuna al alcanze de su mano. La naturaleza humana no permite la complementación de lo natural (en este caso lo clásico) y lo productivo. Al ser humano, no le interesa lo que le rodea, la naturaleza. El hombre es un ser egoista, el dinero es su Dios, y le benera haciendo grande su bolsillo.

Por esa razón la técnica moderna no nos permite de ningún modo conocer a la naturaleza de uan forma pura, en sí misma, sino que nos hace ver la anturaleza de un modo engañoso, como si la viéramos maquillada, sabiendo que en el fondo se esconde una anturaleza llena de "granos y puntos negros".

Entonces porqué en otras épocas el hombre no tenía esa sed de dinero, que hacía desarrollar la técnica moderna? Esque hemos sufrido una mutación o algo así?

Para nada, simplemente que el hombre de otras épocas tenía ya suficientes problemas como para sobrevivir, y no tenía aún en mente la idea de cargarse a la naturaleza para enriquecerse. Ese hombre cultivaba la tierra, le daba abrigo, la cuidaba, le daba cariño, del mismo modo que una madre abriga, quiere y cuida a su hijo pequeño. Es exactamente igual, porque el hombre cuida a la tierra esperando un beneficio, una producción, (aunque no sea a gran escala) y esa madre cuida a su niño esperando que éste no escoja el camino equivocado en su vida, por falta de áfecto.

Así pues, reitero mi posición, la técnica moderna no es capaz de dar a conocer la naturaleza en sí misma.

Alberto C. dijo...

En este texto, Martin Heidegger nos explica que antes la técnica (clásica), utilizaba los ciclos naturales de lo que nos rodea, y como mucho se estimulaba para aumentar la producción sin alterar el ciclo lógico.

En cambio, la técnica moderna pretende sacar un beneficio mucho mayor, a través de alterar la naturaleza, de provocarla. La técnica moderna no "cultiva" sino encarga, promueve en doble sentido: expone la riqueza de la naturaleza y alumbra focalizándose en ella. Ej: no es un río, es pura energía